La disuasión focalizada es una estrategia que se desarrolla en colaboración de la policía, los fiscales, las comunidades y los proveedores de servicios sociales, basada en los principios de la estrategia policial orientada a la resolución de problemas.
Bajo este enfoque se transforma a la policía de un actor reactivo, a un actor proactivo que busca identificar aquellos problemas que podrían atenderse para reducir la violencia y la delincuencia desde la raíz, diseñando respuestas focalizadas sobre todo a infractores reincidentes y/o ya identificados como de alto riesgo. La acción consiste en informar a los infractores una variedad de castigos y recompensas del involucramiento en actividades delictivas, es decir, que los infractores tengan claros tanto los castigos resultantes de la actividad delictiva, como la noción de que los beneficios de no cometer un delito son mayores a aquellos que podrían tener cometiéndolo.
La evidencia ha mostrado que las intervenciones de disuasión focalizada son efectivas en la reducción de la violencia y la delincuencia, sobre todo en aquellas dirigidas a grupos delictivos y pandillas, aunque también han mostrado efectividad cuando se dirigen a la compra-venta de drogas en la calle y a infractores reincidentes.